¡Los niños quisquillosos para comer pueden tener sus motivos! Los científicos descubrieron que aspectos como el comportamiento de un niño (o las normas) durante la hora de comer, lo que comen sus amigos e incluso lo que le gusta comer a mamá pueden influir en lo que eligen para comer.
Introducción tardía a los alimentos grumosos.
Presión de los padres para comer.
Niños que son muy emocionalmente sensibles.
Nunca alimentes al niño a la fuerza.
Deja que tu hijo decida cuando ya está lleno. Si se niega a comer, no lo obligues. Obligarlos a comer puede hacer que se sientan incómodos y se pongan quisquillosos durante la hora de comer.
Experimenta con diferentes texturas.
Los bebés tienen preferencias de alimentos. A algunos les gusta la comida húmeda o comer con los dedos, mientras que otros prefieren picotear o los líquidos. Evita los alimentos muy procesados para fomentar hábitos alimentarios saludables.
Modifica el ritmo.
Algunos bebés quieren comer rápido y otros despacio. ¿Será posible que tu bebé se sienta frustrado por un ritmo de alimentación inadecuado? Solo hay una manera de saberlo:
intenta reducir la velocidad en la siguiente comida o aumentar el ritmo.
Mantén las distracciones al mínimo.
Haz que la comida sea lo principal durante la hora de la comida. Apaga la televisión, retira los juguetes y los libros y ayuda a tu pequeñito a que se concentre en una sola cosa: comer.
Deja que tu bebé toque la comida.
Seguramente no te comerías un alimento que nunca has visto sin antes revisarlo. Tu bebé es igual, así que deja que toque un alimento nuevo antes de ofrecérselo.
Sigue el ritmo de tu bebé.
Los bebés empiezan a comer alimentos sólidos entre los 4 y los 6 meses. Sin embargo, el momento puede variar. No hay un momento perfecto para este hito. Es mejor empezar cuando tu bebé esté listo.
¡Empieza desde temprano! Introducir una variedad de alimentos antes de que tu hijo tenga dos años podría evitar que sea quisquilloso más adelante.
Involucra a tu hijo en la planeación y preparación de comidas. Haz que cocinar sea divertido; prueba nuevas recetas e ingredientes, e involucra a tu hijo en las actividades de compra, cocina y jardinería.
Coman en familia. Disfruten de la comida en familia y aprovechen el aspecto social de comer. Eviten los dispositivos y pónganse al día entre ustedes a través de contar historias divertidas y pasar tiempo de calidad juntos.
No hay que obligar a los niños a comer. Hay que animar a los niños a probar nuevos alimentos, pero sin pelear. No hay que obligarlos a acabarse todo lo que tienen en el plato ni dejarlos comer bocadillos entre comidas todo el día. Se debe procurar que tengan suficiente hambre para disfrutar las comidas.